"...la creciente desconexión con nuestro entorno natural está exacerbando las crecientes tasas de enfermedades mentales y que los profesionales de la salud mental deberían prescribir tiempo en la naturaleza tan a menudo como sea posible, así como abogar a nivel político para ayudar a asegurar el acceso a los espacios verdes para todos. Para que esto suceda, es necesario que los parques, jardines y reservas naturales de alta calidad estén cerca, que cuenten con un buen transporte público, que sean asequibles, seguros, atractivos, con buena señalización e información interpretativa, bien administrados y mantenidos, y que sean accesibles para las personas con diferentes necesidades físicas. Si queremos evitar un aumento de los problemas de salud mental, especialmente entre los niños, tenemos que volver a comprometer a los humanos con la naturaleza con carácter de urgencia".